Para la mayoría de los mexicanos, las tienditas de la esquina representan mucho más que un lugar de compra, a pesar de que en la actualidad existen otros modelos de distribución, ninguno, hasta ahora, ha logrado emular del todo la cercanía y familiaridad de las misceláneas de la colonia, estos lugares en los que es posible encontrar lo que necesitamos, porque nuestro tendero y catador de marcas, nos conoce a la perfección.
El detallista siempre ha sido más que un comerciante, su relación con las personas y la comunidad lo convierten en un vínculo clave entre los habitantes de un mismo cuadrante. Las tienditas de la esquina no solo logran un flujo constante de efectivo para sus diversos proveedores, también han sido, desde siempre, un punto de encuentro dentro de los barrios, colonias y alcaldías.
En México hay un millón doscientos mil pequeños comercios, de los cuales más de 700 mil son tiendas de abarrotes. Enfrentándose a un contexto cambiante, estos emprendedores buscan la independencia económica, al tiempo que generan oportunidades de empleo. Indirectamente cada tienda le da soporte, por lo menos, a dos familias. Esto quiere decir que, aproximadamente, 3 millones de personas se sustentan del canal tradicional, y en este sentido, es que su papel dentro de la economía de la comunidad y del país es tan relevante.
De acuerdo con una reciente encuesta de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec) más de 150 mil comercios han cerrado, solo en los últimos cuatro meses.
Con las limitantes que presenta la contingencia del COVID-19, las horas activas de las tienditas se han reducido considerablemente. Las proyecciones de este año señalan que los ingresos en este formato podrían verse reducidos hasta en un 25%, pero los pequeños comercios son resilientes. Acompañados por algunas iniciativas de la industria privada como “Mi tienda Segura”, que busca promover a los pequeños comercios locales y brindar confianza y seguridad a los tenderos para mantener su tienda abierta; los comerciantes no se han detenido, saben que mantener su negocio en operación es esencial para que sus entornos sigan funcionando en un orden relativamente habitual.
Como a este proyecto, al que se integran Kellogg, Mars, Mondelēz México y PepsiCo, de la mano de la Concanaco y la Coparmex; la Industria Mexicana de Coca-Cola (IMCC) se ha sumado y creado otros más; en los que, a través de campañas de comunicación y tácticas de protección en punto de venta, ha dado herramientas a los tenderos para mantener sus negocios en funcionamiento. Al decidir implementar nuevas medidas de higiene e interacción durante la compra, el comerciante ofrece una nueva experiencia segura para sus clientes, pero también ejerce cierta influencia en ellos para seguir replicando mejores prácticas de cuidado dentro de sus propios hogares.
En este último periodo, la IMCC, integrada por ocho grupos embotelladores y dos plantas de reciclaje, entre otros, produjo y distribuyó 50 mil mamparas y más de 200 mil caretas que se emplearon, en parte, para responder a las preocupaciones de los compradores y comerciantes en época de epidemia.
El canal tradicional contiene en pequeños espacios, que cubren toda la república, el folclore, esencia y empatía de los mexicanos. En ellos recibimos lecciones de solidaridad, finanzas personales y confianza en la palabra. En reconocimiento de esta labor, la industria pone sus recursos al servicio de este formato de venta directa. Juntos fortalecemos uno de nuestros núcleos de identidad más importantes ¡La tienda de la esquina te espera!
#HagamosEstoJuntos
Redacción
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