La innovación más que ser un concepto de moda, es evidentemente una necesidad en todos los ámbitos, sobre todo si tomamos conciencia de que gracias a ideas innovadoras se han logrado todos los avances que conocemos en el mundo y no permite la calidad de vida que tenemos en la actualidad, desde la perspectiva de las condiciones de existencia cotidiana y laboral. Hoy el ambiente en que se desenvuelven las organizaciones, requiere de la utilización sistemática de modelos para la creación de valor partiendo de la innovación.
Ahora bien el contexto para que todo eso suceda es muy importante; las instituciones u organizaciones, tales como: las universidades, las instituciones gubernamentales, empresas y la sociedad en general, deber provocar un medio propicio.
En México, aunque cada día hay una conciencia más clara de la importancia de la innovación, del valor del conocimiento, de desarrollar habilidades creativas en las personas y de la participación conjunta y estrecha de la sociedad en general (personas, instituciones gubernamentales, universidades…), hay mucho por hacer.
Para nuestro país todavía resulta un reto la vinculación entre las instituciones de gobierno, las universidades, los negocios y la sociedad en general. La realidad de las condiciones para que se genere innovación presenta muchas áreas de oportunidad.
En cuanto al gasto realizado por el sector privado en Investigación y Desarrollo del sector privado es baja comparada con la de otros países. Actualmente, el promedio en naciones de la OCDE es más o menos de 70% de inversión del sector privado y 30% gubernamental; sin embargo, en México estamos al revés.
Las Universidades están ocupadas en el tema, por ejemplo en la Universidad Anáhuac del Norte se ofrecen programas y actividades, con el objetivo de dar herramientas y apoyo a que los alumnos para que generen ideas creativas e innovadoras, que sean sustentables y que tengan en cuenta su responsabilidad social.
De acuerdo a la UNESCO, en México solo se invierte el .05% del PIB en Investigación y Desarrollo. De ese .05% del PIB asignado a I&D el sector público adjudica 61%, mientras que el privado asigna 38.9% y las universidades el 8.3%.
Estas cifras nos muestran como los recursos se asignan a los centros de investigación público, pero que hay mucho por hacer en el sector privado y en las instituciones educativas.
En relación con la gestión del conocimiento, algunas ciudades se han declarado como “ciudades del conocimiento”, pero todo se queda en una declaración porque las evidencias en cuanto a generación de nuevos conceptos e innovación no son claras.
En su trabajo de gestión, una gran parte de los empresarios no considera relevante la aplicación de recursos para lograr la innovación. Se habla de modelos de gestión, pero no se aplica de manera continua y sistemática, no hay una cultura organizacional apropiada. Se entiende la necesidad de crear valor, pero no se aplican recursos. Es necesario tener un pensamiento enfocado al desarrollo de modelos de sistemas de gestión del conocimiento, aprovechando la tecnología de la información y la comunicación para acelerar los procesos que lleven a descubrir las capacidades de innovación propios en una cultura organizacional apropiada.
En conclusión, cada día tenemos mayor conciencia de la importancia de implementar modelos, que permitan innovar de manera sistemática y continua, para crear valor en las empresas. Hay que acelerar y enfrentar ese desafío, iniciar un cambio cultural en nuestras organizaciones para cambiar los paradigmas y realmente seguir la ruta que nos permita ser parte de las grandes ligas de la globalización.
Mtra. Rosa Ana Morales
Mentor de Incubadora de Negocios de la Universidad Anáhuac
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