Además de adquirir y ampliar el acceso a las tecnologías de información y comunicación (TIC), los países deben evaluar y fortalecer sus capacidades para utilizar esas herramientas informáticas, según un nuevo estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
América Latina y el Caribe deben mejorar las aptitudes de su población, la infraestructura física, así como sus instituciones y sus regulaciones, para que las TIC puedan tener un impacto positivo en el desarrollo, concluyó el estudio.
“Con políticas adecuadas, los gobiernos pueden sacar gran provecho de las herramientas de las TIC para propiciar el desarrollo. Estas tecnologías pueden mejorar la diseminación de información y ayudar a resolver fallas de mercado”, comentó Alberto Chong, economista principal del BID y coordinador del estudio. “Pero es importante tener en cuenta que, de por sí solo, un mayor acceso a las TIC no causará el desarrollo. Los países también deben concentrarse en cómo se aplican estas herramientas.”
El libro Conexiones del desarrollo: el impacto de las nuevas tecnologías de la información analiza cómo las TIC han contribuido al éxito de 46 proyectos de desarrollo en América Latina y el Caribe en seis áreas: finanzas, salud, instituciones, educación, pobreza y medio ambiente. Este estudio es el primero en la región en aplicar sistemáticamente métodos estadísticos rigurosos para medir cómo las tecnologías de información y comunicación incidieron en los resultados de los proyectos.
Basándose en pruebas de control aleatorias y en estudios econométricos, los investigadores hallaron que 39 por ciento de los proyectos analizados se beneficiaron considerablemente de la adopción de nuevas tecnologías, mientras que los restantes sólo se beneficiaron parcial o mínimamente de la aplicación de las TIC.
Las pruebas muestran que, para que las TIC contribuyan al desarrollo, es necesario tomar en cuenta otros factores igualmente importantes tales como el capital humano, el contexto institucional y los objetivos de las políticas de los gobiernos.
Estas conclusiones se difunden en momentos en que muchos gestores de políticas públicas de América Latina y el Caribe se proponen aumentar las inversiones en equipos y programas informáticos para ampliar el acceso a las TIC y acortar la brecha digital que separa a sus países de las naciones más desarrolladas.
El estudio recomienda que los gobiernos concentren sus esfuerzos tanto en el uso de las TIC como en el acceso a estas tecnologías. Al diseñar políticas se deben considerar las realidades de cada país, tomando en cuenta las deficiencias, las potenciales ventajas y desventajas de adoptar una tecnología dada y los costos de oportunidad. El estudio advierte que, en muchos casos, adquirir las TIC más recientes no necesariamente genere los mejores resultados de desarrollo si, por ejemplo, la población carece de las habilidades básicas para utilizar esa tecnología apropiadamente.
El estudio invita a los países a invertir en infraestructura, regulaciones y capital humano para sacar provecho a un mayor acceso a las TIC. Recomienda a los gobiernos evaluar sistemáticamente el impacto de estas tecnologías en sus proyectos y llevar a mayor escala tales emprendimientos a fin de reducir los costos de inversión, especialmente cuando se contempla el desarrollo de programas cibernéticos específicos.
El libro forma parte de la serie Desarrollo en las Américas, la principal publicación académica del BID, que analiza aspectos cruciales del desarrollo que encaran América Latina y el Caribe.
Conclusiones:
* Finanzas: El estudio muestra que las TIC pueden contribuir a fomentar la inclusión financiera en América Latina y el Caribe. Sin embargo, hasta ahora la región ha estado a la zaga de los países más dinámicos en el aprovechamiento de estas tecnologías. Sus familias más pobres no pueden darse el lujo de tener computadoras o servicio de Internet. Persisten barreras regulatorias a los servicios bancarios móviles y los bancos han tenido dificultades para definir un modelo de negocios sostenible para pequeñas transacciones. Las incertidumbres regulatorias y la falta de corresponsales no bancarios confiables restringen la inversión en nuevas tecnologías para ampliar el acceso al sistema financiero.
* Salud: La aplicación de las TIC tiene un gran potencial para mejorar la atención, la efectividad y los resultados de los servicios de salud en la región. Sin embargo, su implementación a gran escala sería demasiado costosa e ineficaz. En la actualidad, una de las prioridades es poner en práctica proyectos piloto basados en las TIC para tratar enfermedades crónicas. La telemedicina se ha aplicado con relativo éxito y parece ser una intervención muy prometedora para reducir costos y mejorar la atención de pacientes en zonas remotas. La región también podría beneficiarse del uso de historiales médicos electrónicos. Pero los gestores de políticas deben combinar estas medidas con continuas reformas del sector salud para que cuente con suficientes recursos financieros y humanos y logre una adecuada cobertura.
* Educación: Por sí solo, aumentar el acceso a computadoras en las escuelas ha arrojado magros resultados en la región. Varios insumos resultan críticos para que las TIC tengan un impacto positivo en la educación, tales como los equipos y programas cibernéticos, la electricidad, la capacitación de docentes y el apoyo técnico y pedagógico.
* Medio ambiente: Aún se desconocen las posibles ventajas que pueden generar las TIC en términos de modificar comportamientos, las políticas ambientales o el medio ambiente mismo. Se necesitan más estudios, por ejemplo, para cuantificar los efectos de aumentar el uso de las TIC, el consumo de electricidad y los desechos electrónicos. El uso de las TIC en campañas para alentar conductas ambientalmente responsables no ha sido eficaz. Emergen usos innovadores de las TIC para influir en las decisiones de los consumidores, tales como los circuitos inteligentes que facilitan el pago de préstamos para comprar vehículos a gas natural.
* Instituciones: Las TIC pueden ser sumamente útiles para mejorar la calidad de las instituciones. Particularmente en América Latina, hay indicios de que estas tecnologías se están convirtiendo en instrumentos eficaces no sólo para mejorar la eficiencia del sector público sino también para permitirles a los ciudadanos pedir rendiciones de cuentas a sus gobiernos.
Redacción
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