La Secretaría de Hacienda publicó los resultados de las cuentas fiscales al tercer trimestre de 2011. Hasta ahora, el déficit público es compatible con lo aprobado por el Congreso de la Unión para este año (0.5% del PIB, excluyendo la inversión de PEMEX). Tanto los ingresos presupuestarios como el gasto total aumentaron en términos reales contra el periodo enero-septiembre de 2010.
En nuestra opinión, las finanzas públicas se mantienen sólidas y menos vulnerables a los choques externos que en otros tiempos, otorgando espacio de maniobra tanto a la política fiscal como a la monetaria, en caso de que el ambiente externo empeore.
El avance de los ingresos petroleros y el déficit: compatible con lo aprobado
Entre enero y septiembre, los ingresos del sector público crecieron un 6.4% anualizado en términos reales, con un avance de 13.5% y 3.0% para los ingresos petroleros y los ingresos tributarios no petroleros, respectivamente. La sorpresa al alza que dieron los derechos y regalías sobre derivados del petróleo compensó por mucho la reducción de los impuestos especiales (que incluyen el subsidio implícito a los precios de la gasolina; ver la siguiente sección) y propició que la meta de ingresos fuera rebasada por MXN16.3 mil millones.
El gasto total del sector público se elevó un 5.9% anualizado en términos reales, con un crecimiento de 7.2% y 15.3% para los rubros desarrollo social y seguridad, respectivamente. Dentro del gasto corriente, nótese que las pensiones y el pago de jubilaciones se elevaron un 12.5%.
El déficit público se dirige a la meta de 0.5% del PIB en 2011. Al tercer trimestre de 2011, el déficit público sumaba MXN179 mil millones, cifra menor a los MXN356 mil millones aprobados para todo el año, aunque la Secretaría de Hacienda estima que cerrará el año al 2.5% del PIB. Excluyendo la inversión de PEMEX, el déficit asciende a MXN29.8 mil millones: menor a los MXN70.2 mil millones aprobados, y compatible con la meta anual de 0.5% del PIB.
En nuestra opinión, la Ley de Ingresos para el próximo año refleja una actitud responsable. Tras la aprobación de la Ley de Ingresos, por parte de ambas cámaras del Congreso, el déficit público se elevó de un 0.2% del PIB propuesto por el Gobierno Federal, a un 0.4%. Sin embargo, se debe tener en mente que, por una parte, el Congreso revisó a la baja la proyección de crecimiento 2012 (del 3.5% que preveía la Secretaría de Hacienda, a un 3.3%) y mantuvo el precio de referencia del crudo mexicano a $84 dólares/barril, mientras que, también para el próximo año, elevó el estimado de la producción petrolera a 2.56 millones de barriles, así como el tipo de cambio contra el dólar, de MXN 12.2 a MXN 12.8. Se mantendrá el subsidio implícito a la gasolina
Aunque México se siguió beneficiando de los altos precios internacionales del petróleo, los subsidios a la gasolina absorbieron una parte sustancial de esas ganancias. La brecha entre los precios domésticos y estadounidenses de la gasolina, en moneda nacional, se ha ampliado desde principios de 2011. Aunque una desaceleración del panorama económico mundial trajo algo de moderación para los precios del petróleo, nótese que la sustancial depreciación reciente del tipo de cambio propició que la brecha se ampliara de nuevo.
Calculamos que, si el MXN se hubiese mantenido cercano a sus niveles de julio, la brecha entre estos precios habría disminuido.
A pesar de que el costo del subsidio a la gasolina será cercano al 1% del PIB al cierre de este año, las autoridades han señalado que este subsidio implícito no representa presiones sobre las cuentas fiscales. En nuestra opinión, los precios de la gasolina no tendrán un impacto importante sobre la inflación en el corto plazo, puesto que las autoridades han dicho que el ajuste mensual a los precios de la gasolina continuará a través de incrementos similares a los observados hasta ahora, y que no se observará un efecto base adverso como en 2010.
Las finanzas públicas siguen reflejando una actitud responsable
A pesar de la desaceleración de la actividad económica en México, y la alta volatilidad del ambiente externo, las finanzas públicas siguen mostrando bajos déficits y un buen manejo de la deuda pública. Esto representa una parte de lo que hemos llamado la armadura de México contra la volatilidad financiera, y será ventajoso en caso de que se materialice un choque de Estados Unidos o de Europa en los próximos meses. El bajo cociente de deuda/PIB y las bajas proyecciones de déficit, así como el enfoque en reducir la vulnerabilidad de la deuda a las problemáticas externas, ayudarán a la economía a rebotar rápidamente (en caso de ser necesario) como sucedió en 2010, cuando se registró un crecimiento de 5.4% anualizado, tras la caída de 6.12% anualizado de 2009.
Sin embargo, persisten los problemas estructurales
Más allá de la situación económica actual, las finanzas públicas de México necesitan ser fortalecidas. Los ingresos tributarios siguen aportando una proporción baja del PIB (9.6%), y existe una alta dependencia de los ingresos petroleros. Aún se implementan subsidios caros y regresivos, como el subsidio a la gasolina que mencionábamos más arriba. La base tributaria es relativamente pequeña, debido, en parte, a los gastos fiscales, como los tratamientos de exención del IVA, que cada año representan aproximadamente un 0.3% del PIB en ingresos no percibidos. Por el lado del gasto, quizá la problemática más importante es la necesidad de aumentar la transparencia y la rendición de cuentas, particularmente al nivel local, en nuestra opinión.
Carlos Capistrán, economista en jefe para México. Reporte de análisis de BofA Merrill Lynch Global Research
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