La música ha sido una constante al igual que el resto de las artes en el camino del ser humano en este planeta; sabemos de la capacidad que tiene de transmitir emociones y atmósferas con una intensidad que ninguno de los otros sentidos puede alcanzar. La música nos inunda con un todo emotivo; así mismo tiene la capacidad de transmitir valores estéticos, acrecienta la capacidad motora, mejora la salud, controla el estrés y sobre todo, es un verdadero estimulante para la inteligencia. (Berlioz, 2002).
El sonido, que es el que fundamenta a la música, es capaz de transformar cualquier estado de ánimo, cuantas veces estamos deprimidos y sin querer, empezamos a llevar el ritmo de determinada canción y por momentos sentimos que ese ánimo decaído pasa por un proceso diferente, haciendo que veamos las cosas de diversas maneras y no todo tan negro o nefasto.
Newman en su libro La música Mozart y su efecto. Menciona que escuchar música, pone en funcionamiento la mayor parte de nuestro cerebro; así mismo los sonidos que recibimos impacta a las células por las vibraciones que se ellos emana, influyendo de manera directa en la respiración, pulso, latidos cardiacos, tensión muscular; provocándonos emociones, sensaciones y recuerdos. La música provoca un cambio en la actividad neuronal de las zonas implicadas en la emoción, por ejemplo, escuchar música agradable incrementa la producción de endorfinas, la cual está relacionada con la relajación y la felicidad.
La música logra sincronizar los hemisferios cerebrales, logrando así que la persona sea equilibrada, productiva y realista. “la intuición, inspiración y la espontaneidad del hemisferio derecho, necesitan de la dirección y del razonamiento lógico del hemisferio izquierdo. La presencia simultánea de estas habilidades opuestas, permite entender las habilidades complejas del ser humano” (Newman Lorraine, 2008).
Por lo anterior es muy importante escoger la música que nos va a acompañar durante nuestra jornada laboral. Será necesario seleccionar de la mejor manera, esas canciones o melodías que nos permitan estar en un estado de relajación concentrada. Es tiempo de que nos percatemos que la música provoca en nosotros distintos estados emocionales, que pueden ir desde la euforia, hasta el abatimiento. La música abre espacios, emociones, por lo tanto será conveniente que seamos más conscientes de qué escuchamos y cuándo lo escuchamos.
Mtra. Mónica R. Morales Rodríguez
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