De acuerdo con el Banco Mundial, 52.3 % de la población mexicana vive en pobreza, y 19.7% en pobreza extrema, eso convierte a México en la nación con mayor desigualdad económica, la inequidad en el país es tres veces mayor al promedio de los países de la OCDE.
Bajo este panorama la mayoría está pensando en la forma de salir adelante y ganar una estabilidad económica que lo lleve a tener un poco más de lo necesario y con eso la capacidad de una vida mejor, sin embargo ver por el bien de la comunidad es una apuesta arriesgada pero que a la larga puede ser mucho más certera.
Ante el horizonte tan complicado que se vive en nuestro país, se puede tomar como una alternativa la Franquicia Social que es un proyecto social-empresarial que persigue la resolución de distintas problemáticas que atañen a una comunidad mediante el empleo de las estrategias, metodologías, e instrumentos del sistema de una franquicia
“La franquicia social traslada la metodología de la franquicia comercial para clonar programas benéficos que han resultado exitosos y se pueden aplicar en distintas regiones o países indica”, Darynthé Rodríguez, consultor líder de proyectos en Alcázar y Compañía.
Cuando se tiene una marca, se recopila el conocimiento y se estandarizan los procesos que puedan ser replicables. “El objetivo es crear un sistema autosustentable para la sociedad, no es un sistema de enriquecimiento personal, es por eso que el gobierno utiliza este esquema en muchos de sus programas sociales así como algunas ONG”, profundizó Rodríguez.
Ejemplos de franquicias sociales no hay muchos en el país pero uno de los más sólidos es Amarantum que se dedica a destacar los beneficios del amaranto y prestan la maquinaria para poder cultivar y comercializar dicho producto en comunidades rurales.
Una de las grandes ventajas de las franquicias sociales es su financiamiento. Como se relacionan con proyectos sociales o comerciales pueden acceder, por ejemplo, a financiamiento blando o co-inversión social con fondos internacionales o nacionales, públicos y privados, con capital semilla a fondo perdido o con cierta recuperación vía regalías para su adecuado mantenimiento operativo. De esta manera es posible multiplicar el impacto social o ambiental de modelos exitosos probados.
Adriana Maass
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