¿Cómo transmitir qué nos ocurre como individuos y como organizaciones cuando simplemente todo lo que ocurre es que el calendario nos marca que el año finaliza?
Antonio Gala, escritor español, escribe en su libro “Charlas con Troylo”: “los hombres no tenemos una vida muy larga… y sin embargo, tenemos la necesidad de parcelar la vida, de trocearla, de marcarla con hitos, recordatorios, metas… nos alegramos que un año nuevo nos ofrezca una pequeña caja de sorpresas, porque eso quiere decir que estamos vivos, a pesar de que la caja esté vacía y seamos nosotros los que debemos tomarnos el trabajo de llenarla de cosas… porque la vida, por mucho que se diga, no es maravillosa, ni cruel, ni millonaria, ni apasionante, ni terrible. La vida es única, sólo eso. Es sencillamente lo único que tenemos, y, cada año, viene con el regalo de su menuda cajita vacía”.
¿Es muy distinto el concepto que Gala aplica a las personas que aquel que podemos aplicar a nuestras empresas?
Pienso que no.
Sencillamente a que debido a que podemos hablar de objetivos, proyectos, presupuestos, pero en esencia las organizaciones cobran vida a través de esa inagotable energía que proporciona su gente, aquellos que deben constituir en el fin último de estas mismas organizaciones.
La única inmortalidad asegurada de las empresas es la que les otorga el vivir en cada uno de aquellos que la componen en cada etapa de su vida. Por eso debemos intentar llenar “la cajita” a la que se refiere Gala con ideas proyectos, sueños, que motiven, a nuestra gente, a participar y sentirse genuinamente y parte de ellos.
¿Hacia dónde vamos?
El 2012 será un año de transición acelerada hacia sistemas conectados inteligentes. Y a medida que la conectividad se acreciente, crecerán también las exigencias hacia mejores desempeños en búsqueda de experiencias más ricas, que formarán parte cada vez más intensamente de nuestra vida cotidiana.
Internet y las redes sociales, siguen y continuarán siendo la clave, con más y más formas de acceder a la red. Como tal, la Internet móvil crecerá a un ritmo vertiginoso. La entrega de grandes experiencias será fundamental para construir una relación duradera entre los consumidores y los dispositivos que se utilizarán en la vida diaria, a través de aplicaciones en la nube. La incertidumbre económica se mantendrá, y por eso las empresas deberán hacer un gran trabajo para destacarse en este escenario incierto.
Con un mundo en crisis y cada vez más tecnológico, nuestras empresas están necesariamente insertas en esta realidad y les resulta difícil escapar de las reglas generales del juego.
Aún en este entorno debemos comprender que no se producen cambios, por pequeños que estos sean, si no existe una voluntad manifiesta para que ello ocurra.
Es posible impulsar políticas que mantengan un razonable equilibrio haciendo que las decisiones no pasen exclusivamente por el filtro de la productividad y la rentabilidad. Mantener un criterio solidario, más humanista, en la relación con empleados, clientes y proveedores puede constituir una llave para construir desde el pequeño núcleo que puedan representar nuestras organizaciones una sociedad más justa.
Parafraseado a Joan Manuel Serrat (¡Qué atrevimiento!)
“Este puede ser un gran año / donde todo puede suceder/ pon en la caja / todos tus proyectos / y… ¡duro con él!
Sergio Wainberg es autor es Licenciado en Sistemas, consultor independiente y fundador de CWA (hoy Softland Argentina).