Una encuesta de mayo de 2021 realizada a 1,000 adultos estadounidenses mostró que el 39% de ellos consideraría renunciar si sus empleadores no fueran flexibles con respecto al trabajo remoto post-pandemia. Ese número salta al 49% cuando se centra en las generaciones más jóvenes, de acuerdo al artículo de Bloomberg.
Muchas empresas están comenzando el proceso de moverse hacia un mundo post-pandemia y los empleadores están encontrando dos cosas. Primero, que es difícil para muchos atraer y mantener a los empleados, lo que resulta en una escasez de mano de obra en algunas áreas. Segundo, que los empleados actuales y los potenciales están dejando muy claro lo importante que es el trabajo remoto como opción.
“A medida que nos acercamos a la “nueva, nueva normalidad”, hay una oportunidad única para que los propietarios de negocios y los líderes den forma consciente a la naturaleza del trabajo en el futuro. Y, en muchos casos, esto es esencial para atraer y retener al mejor talento”, mencionó Christopher Budd, Gerente global senior de comunicaciones sobre amenazas de Avast.
¿Qué es la nueva, nueva normalidad?
Para las empresas la “nueva normalidad” se refiere específicamente a la prisa por adoptar el trabajo remoto para adaptarse a los confinamientos impuestos por la pandemia.
Ese movimiento obligó a la adopción de nuevos enfoques y tecnologías, incluidas las herramientas de trabajo remoto como Zoom, Slack y Teams. Debido a que todo cambió rápidamente y sin planificación, la mayoría de las empresas no tuvieron en cuenta la seguridad y la privacidad.
“Si la “nueva normalidad” se caracterizaba por una gran cantidad de cambios forzados por la necesidad, la “vieja normalidad” se caracterizaba por la inercia y la tradición; porque “siempre lo hemos hecho de esa manera”. Esto aplicaba no sólo a las reuniones cara a cara, sino también a la tecnología que usábamos y la forma en que la usábamos. Gran parte de la “vieja normalidad” para las empresas se centraba en el sitio físico con personas, sistemas, aplicaciones y clientes en las oficinas”, afirmó Christopher Budd.
“La “nueva, nueva normalidad” es que podemos darle forma de manera consciente, libre de la inercia irracional y de la tradición de la “vieja normalidad” y de la premura y necesidad de la “nueva normalidad”, agregó el experto.
Más allá de los beneficios obvios para el negocio de tomar decisiones reflexivas y conscientes sobre la naturaleza del trabajo en la “nueva, nueva normalidad”, hay otro beneficio: esta es una oportunidad para hacer que las consideraciones de seguridad y privacidad sean fundamentales para las políticas y operaciones de su negocio. Esto puede mejorar no sólo el negocio, sino también la seguridad y privacidad, lo que a su vez también ayuda al éxito del negocio.
Muchas empresas necesitarán adoptar de manera formal y permanente políticas de trabajo remoto para atraer y retener al mejor talento. Eso significa que ahora es el momento de construir esas políticas con la seguridad y la privacidad en mente.
Una planificación consciente significa integración y mejor seguridad
Los líderes y equipos de seguridad a menudo tienen que averiguar cómo hacer que la seguridad y la privacidad funcionen con operaciones y políticas que ya se han decidido. A veces nos referimos a esto como seguridad y privacidad “ajustadas”, lo que significa que están unidas (“atornilladas”) a algo que ya está completo. La seguridad y la privacidad “bolt on” nunca son tan buenas como la seguridad y la privacidad integradas. La seguridad y la privacidad integradas siempre son mejores, más efectivas, más baratas y exitosas que cuando están “atornilladas“.
Para aquellos que alguna vez hayan construido una casa o hayan hecho una remodelación, probablemente entiendan esto bien: las cosas siempre son mejores, más baratas y efectivas cuando son parte de la planificación original, en lugar de agregarse después del hecho. Lo mismo es cierto para la seguridad y la privacidad de las empresas.
Dar a la seguridad y la privacidad un asiento en la mesa de planificación
La forma de integrar la seguridad y la privacidad en su planificación y discusiones en torno a la nueva normalidad, es en realidad simple y directa: uno se asegura de que tanto la seguridad como la privacidad tengan un asiento en la mesa de planificación, literal y metafóricamente.
Es importante tener en cuenta que esto es algo que todas y cada una de las empresas, independientemente de su tamaño, pueden y deben hacer. En el caso de las empresas pequeñas que no tienen un equipo dedicado a la seguridad o la privacidad, pueden incluir un consultor externo en seguridad y privacidad a sus conversaciones, como proveedores de soluciones de seguridad administradas. O, al menos, pueden asegurarse de que siempre haya un componente de seguridad y privacidad en su planificación.
Redacción
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