En los últimos tiempos se escucha cada vez con más fuerza el término “coach de negocios”, y pareciera una figura muy alejada de los microempresarios, pero no es así. Se trata de asesores que, sobre todo, acompañan a los dueños de negocios en el proceso de crecimiento, para hacerlo de la forma más ordenada posible.
Si bien es cierto que hay determinados perfiles o características que le pueden ayudar a un emprendedor, un empresario o un autoempleado en el camino de tener un negocio exitoso, todas estas habilidades de ventas, organización y liderazgo también se pueden adquirir, y justo ese es el trabajo de un coach de negocios.
Jorge Guadarrama, coach de Negocios de ActionCOACH, explica que son fundamentalmente tres las funciones de un coach: ayudarle al empresario a romper con ideas preconcebidas sobre sí mismo y su negocio; acompañar al empresario en la toma de ciertas decisiones; darle enfoque, estrategia y metodologías para lograr el crecimiento; y ayudarle con el seguimiento para asegurar que se lleven a cabo las acciones necesarias para conseguir el resultado que se busca.
En primer lugar, el ejecutivo explica que en muchas ocasiones el crecimiento del negocio inicia cuando el dueño logra romper ciertos paradigmas: “el empresario tiene todas las intenciones de crecer, pero no lo hace: porque está en una zona de confort, porque tiene miedo, porque que contratar gente significa que le van a robar, etc. Lo que hace un coach es ayudarle a identificar esas creencias que lo pueden limitar para dar el siguiente paso, o aquellas creencias que lo pueden potencializar”.
En cuanto al acompañamiento, el ejecutivo explica que mucho del éxito del negocio se basa en la confianza que el dueño tenga en sí mismo, y para ello ayuda mucho contar con alguien que lo esté acompañando. “Muchas veces el dueño del negocio está sólo: si bien es cierto que algunas veces tiene a un equipo de trabajo, hay que tomar decisiones que no sabe con quién rebotarlas”, explica Guadarrama. Aquí la función del coach es simplemente estar cerca del empresario en ese momento para fortalecer su confianza.
Una vez que estos dos pasos están dados, es necesario que el propio empresario salga de su zona de confort, pero con herramientas y estrategias adecuadas para lograr los objetivos que se plantean.
Por último, pero no menos importante, es necesario dar seguimiento a todo el proceso para asegurar que el empresario haga lo necesario para alcanzar sus objetivos. “Yo ayudo a los dueños de negocio con el seguimiento: podemos hacer algo muy bien pero lo dejamos de hacer. Mi función es asegurarme de que se haga lo que se requiere. Si no somos constantes, no veremos resultados”, comenta Guadarrama.
La clave fundamental en los negocios está en las personas. En la filosofía de este entrenador no existen malos o buenos negocios, sino malos o buenos dueños de negocios. La clave fundamental es trabajar con el dueño y proporcionarle las herramientas o metodologías que requiere para empezar a crecer.
Itzel Castellanos