El término “web 2.0” surgió en el campo de la Informática para diferenciar la red inicial(“web 1.0”) que era más estrecha, de una sola vía, con texto mayoritariamente y con limitada interacción, de una nueva generación llamada 2.0, más rápida, con numerosos contenidos multimedia y definitivamente más democrática, ya que todos tenemos la facilidad de crear y publicar contenidos.
Primordialmente se distinguió de la red original por la gran interacción social que se produjo. Si esto lo traducimos a la responsabilidad social empresarial (RSE) 2.0, no significa compartir las acciones de voluntariado de las empresas en redes sociales, sino más bien involucrar a la comunidad de la empresa en acciones tendientes al mejoramiento social, económico y ambiental, aprovechando las herramientas tecnológicas primordialmente en áreas de cultura y de comunicación.
La interacción de todos los actores de la empresa (internos y externos) ayudarán a la creación de valor y no solo de valor empresarial y crecimiento de marca, sino también de valor compartido.
No hay duda que los consumidores están cada vez mejor informados y son más comprometidos social y ambientalmente (en especial los jóvenes). Prueba de ellos es el crecimiento de aplicaciones móviles que ya funcionan en algunos países, como “GoodGuide” o “Ethical Barcode”, en donde el consumidor se informa a través de leer el código del producto de su origen y sus indicadores éticos.
Ahora bien, el concepto “web 3.0” ha sido utilizado en mayor medida con fines mercadológicos ya que aún no cuenta con un consenso entre los informáticos y especialistas en internet sobre las características que lo definan, sin embargo, el término está ligado a redes semánticas, inteligencia artificial, 3D (tercera dimensión) y desarrollo de aplicaciones.
En el campo de la responsabilidad social empresarial, el termino 3.0 se ha manejado para referirse al papel imprescindible que juegan las TIC (tecnologías de información y comunicación) en el desempeño organizacional y la creación de valor en la vida presente y futura de las organizaciones.
Las tecnologías ofrecen una amplia gama de posibilidades para brindar oportunidades a las empresas y en especial a las Pymes para desarrollar, ampliar y consolidar su faceta social y ambiental. Un buen ejemplo de lo que puede hacer la tecnología y la RSE, son dos compañías de origen británico: “Ethical Superstore” tienda en línea en la cual todos sus productos pasan por un análisis ético de su cadena de producción, y “Snact” empresa que produce botanas de frutas con los excedentes de los supermercados.
La RSE unida a la innovación tecnológica será el camino que tomen las empresas que busquen el bienestar de sus stakeholders (trabajadores, accionistas, proveedores, organizaciones sociales, etc.) como auténtico eje estratégico.
Mtra. Ma. Luisa Ruiz Calleja Académica de la Facultad de Responsabilidad Social de la Universidad Anáhuac México.
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