Todo microempresario, en virtud de atender personalmente sus negocios, se vuelven expertos en los detalles finos: los ciclos anuales, las variaciones de precios, la competencia, etc. Este íntimo conocimiento, les convierte en recurrentes generadores de ideas: Cómo vender más, cómo comprar más barato, cómo adquirir más clientes, cómo aprovechar oportunidades.