Fue en la década de los años cincuenta cuando en México se comenzaron a impartir estudios secretariales para las mujeres; ellas estudiaban y ejercían esta carrera en un modelo muy tradicional, contaban con un horario fijo y sus funciones se desarrollaban detrás del escritorio; haciéndola una posición muy demandada. Con el paso del tiempo, las necesidades de las empresas provocaron una evolución del cargo secretarial y las funciones que ahí se desempeñaban, llevándolas al nivel de Asistentes.