En días recientes se ha reavivado la discusión sobre los diversos impactos que surgen de eliminar las restricciones a la inversión extranjera directa en telecomunicaciones, la cual, excepto en el segmento móvil, hasta hoy está limitada al 49% para extranjeros. Uno de los segmentos que se encuentra restringido en cuanto a inversión es precisamente el de las telecomunicaciones fijas, el cual crece menos que la población e incluye tanto a los servicios de telefonía como al internet de banda ancha, además de reportar una sub-penetración de servicios y cuyas tarifas del operador principal no disminuyen en términos nominales hace aproximadamente una década, en contraste con la experiencia internacional que muestra una tendencia decreciente.