Cuando se inicia un proyecto empresarial en familia, uno idealiza la confianza de tener como socios o compañeros de trabajo a la gente con la que se ha convivido y conoce desde hace muchos años, personas que nos han demostrado su lealtad y cariño como los primos, tíos o hermanos, pero también esos grandes amigos en donde se ha consolidado la amistad desde la infancia o la escuela.