Probablemente has escuchado el término ingeniería social y pensarás que es algo muy sofisticado que afecta sólo a los grandes empresarios. La realidad es que afecta a compañías de todos los tamaños; tal vez la mejor forma de definir esta estrategia de daño tecnológico es decir que la mejor forma de robar una casa es convencer al dueño para que abra la puerta.