La tecnología stealth o de ocultación permite que los malwares se desplacen hasta el enemigo para lanzar un ataque, obtener información o capturar sistemas y datos, es así como el malware se convierte en el controlador de las computadoras que captura. La firma de seguridad McAfee Labs estima que un 15 % del malware utiliza técnicas sofisticadas de ocultación para esconderse y diseminar amenazas malintencionadas capaces de causar daños significativos.