Nuevas tendencias en tecnología, particularmente Tecnologías de la Información (TI), surgen diariamente. Algunas se consolidan y se transforman en productos, y otras continúan simplemente como tendencias. En relación a las tecnologías que llegan en forma de nuevos productos, observamos algo interesante: no todas las empresas tienen un “radar” afinado para captar lo que va a funcionar correctamente. En realidad, la mayoría de los players del área de tecnología llegan atrasados en relación a las nuevas tendencias. Pero hay excepciones.
¿Cómo logra una empresa de tecnología de la información captar una tendencia y prepararse rápidamente para transformarla en oferta? Para empezar, es necesario mirar diez años hacia adelante, sin olvidar el día a día. La creación de un producto no surge solamente de la imaginación de sus creadores. Toda innovación se basa en tres pilares fundamentales: desarrolladores, los clientes a los que va destinado el producto y el público interno.
Para una empresa de TI, la misión de lanzar al mercado un nuevo producto se inicia con el trabajo dedicado y visionario de sus desarrolladores. Es necesario mantener una atención constante sobre lo que está sucediendo en el mercado. Las nuevas tendencias surgen a partir de “dolores” y necesidades del mercado, y no únicamente del “eureka” del creador. Participar en congresos, asociaciones de clase y grupos de usuarios son hábitos saludables para quienes quieran detectar las nuevas tendencias desde su lugar de nacimiento. La anticipación es vital, ya que una tecnología comienza a volverse obsoleta tan pronto es descubierta.
Recae en el desarrollador el agregar valor a una idea, transformándola en producto o servicio a ser ofertado en el mercado. Quien sale al frente e innova es quien más interactuó con el mercado, investigó, probó y llegó a la conclusión de que una tendencia tiene fuerza y futuro para ser transformada en oferta. También es necesaria una cierta dosis de osadía para apostar a las nuevas tendencias. Esto es lo que marcará la diferencia entre lo que es únicamente moda y lo que es oportunidad.
Otro punto relevante para esta transformación está en intentar anticipar el comportamiento del comprador de la novedad. No basta solamente con verificar el perfil profesional del posible consumidor. Es necesario saber con qué tecnologías éste se identifica, cómo se relaciona, por ejemplo, con las redes sociales y lo que necesita realmente, en términos de innovación para hacer su día a día más práctico y productivo. Cada software desarrollado trae imbuidas en su concepción todas estas informaciones. Son las percepciones las que moldean las nuevas ofertas, sin excepción.
Por último, aunque no menos importante, es necesario que un nuevo producto, tras ser proyectado en base a la experiencia de los desarrolladores y percepciones comportamentales de los usuarios, pase por la evaluación y análisis del público interno de la empresa desarrolladora. Un lanzamiento, antes de llegar al mercado, necesita pasar por una inteligencia colectiva, dentro de la propia casa donde nació. Generalmente, un nuevo producto comienza a ser testeado en pequeñas situaciones dentro de la empresa proveedora antes de ser empaquetado como una solución y ofertado en el mercado.
Hay empresas que crean grupos de discusión con colaboradores de varias áreas y ya no solamente con los desarrolladores, incentivan portales de ideas e intercambios de percepciones sobre la oferta, debatiendo desde la concepción hasta el impacto que ésta tendrá en el cotidiano vivir de quien la usará.
La innovación es generada por personas, para atender personas. No podemos olvidar esto. La empresa solamente incuba y desarrolla las ideas de los individuos. El único objetivo real de una innovación transformada en oferta es dar auxilio y facilitar la vida a centenas de otras personas.
Weber George Canova, vice-presidente de tecnología y gestión de calidad corporativa de TOTVS.