En un mundo donde las empresas tienen cada vez más la responsabilidad de generar un impacto positivo, RappiCard se suma a las voces que no solo hablan de sostenibilidad, sino que actúan. Esta vez, lo hace con una alianza tan original como poderosa: una colaboración con el Museo Nacional del Axolote para lanzar una tarjeta de edición especial fabricada con plástico recuperado del mar y un documental que nos invita a mirar de frente a uno de los símbolos más emblemáticos —y en peligro— de la biodiversidad mexicana: el ajolote.
“Axolotitlán: Encuentros de resiliencia y regeneración”
Ese es el nombre del documental que narra una historia profundamente humana y ecológica. A través de la voz de Pamela Valencia, fundadora del Museo Nacional del Axolote, nos adentramos en el universo de este enigmático anfibio, en los esfuerzos por su conservación y en la creación de un espacio cultural único en su tipo.
Este no es solo un documental sobre una especie; es una invitación a repensar nuestra relación con la naturaleza y a entender cómo el ajolote —un bioindicador clave de la salud de los ecosistemas— nos muestra el estado del entorno en el que vivimos.
Disponible en el canal de YouTube de RappiCard, Axolotitlán es también un llamado a la acción.

Una tarjeta con causa: nace la “Aquajolote”
Como parte de esta alianza, RappiCard lanza la tarjeta “Aquajolote”, una edición limitada fabricada con plástico reciclado del océano. Esta es la segunda vez que la fintech apuesta por materiales sostenibles, después del éxito de su tarjeta “Ocean Plastic”, que también tuvo una gran acogida entre sus usuarios.
Más que una tarjeta, la “Aquajolote” es una declaración de principios: que el consumo consciente sí es posible, y que cada elección cuenta cuando se trata de proteger el planeta.
Disponible desde el 16 de abril de 2025 en la app de RappiCard, esta tarjeta representa un paso más hacia una banca digital con propósito.
Infraestructura, arte y educación ambiental
Pero el compromiso de RappiCard va más allá del plástico reciclado. Como parte de su alianza con el museo, la empresa también apoyó la construcción de un domo para proyecciones audiovisuales dentro del recinto, y la creación de un mural conmemorativo que conecta biodiversidad, reciclaje y creatividad.
La visión es clara: educar, inspirar y provocar cambios reales en la forma en que entendemos y protegemos nuestro entorno.

Un llamado al sector empresarial: sí se puede hacer la diferencia
“Nuestra alianza con el Museo del Axolote es una muestra de cómo las empresas pueden unir esfuerzos con instituciones culturales y ambientales para generar un impacto real”, señala José Antonio Murillo, CEO de RappiCard México. Y es cierto. Esta iniciativa deja claro que los negocios con propósito no solo son posibles, sino necesarios.
La conservación del ajolote, la restauración de Xochimilco y la protección de nuestros ecosistemas son tareas que no pueden esperar. Las alianzas entre sector privado y organizaciones sociales y culturales pueden marcar la diferencia. Y aquí hay un gran ejemplo.
¿Te sumas al cambio?
La historia del ajolote y el documental Axolotitlán no solo hablan de resiliencia. Hablan de esperanza, de compromiso y de futuro. Hablan de que proteger lo que somos —nuestra biodiversidad, nuestra identidad, nuestro planeta— sí está en nuestras manos.
Conoce más sobre la tarjeta “Aquajolote” aquí y súmate a este viaje de regeneración.
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