Referirnos a la palabra valor, es referirnos a un concepto decadente y sin sentido, un término en desuso y poco común en nuestros días, poco a poco las actividades humanas carecen de esta cualidad que hace que sus acciones sean responsables.
Un valor que no genera una acción responsable, simplemente debería carecer de significado, ¿Cómo se le debe llamar a las acciones de una entidad organizada, estructurada, que toma decisiones y que mueve flujos tan grandes en todo el mundo, que carecen de responsabilidad?
Si las acciones de una corporación dependen de acciones humanas, entonces estas deberían ser regidas por valores, y por lo mismo ser responsables.
Todas las debacles financieras de los últimos años, fueron provocadas por la irresponsabilidad de funcionarios y directivos carentes de valores, desde el caso Enron y hasta nuestros días, por ejemplo el más reciente escándalo que sacudió la opinión pública, “La Gigante Wal-Mart ofreciendo sobornos a funcionarios públicos”, todas ellas tienen como factor común, una cadena de fraudes y malas decisiones engendradas en la mente de quienes tienen la misión de incrementar los flujos de efectivo a costa de lo que sea ¿Será que ya perdimos nuestra capacidad de asombro y que estos casos sean para nosotros tan comunes, que ya no seamos capaces de distinguir entre una buena acción y una carente de responsabilidad?
El factor de una decisión carente de valor es el producto de una mente codiciosa que, utilizando una posición de poder, puede lograr que la imagen corporativa de una buena empresa pierda toda su credibilidad, esto se puede observar claramente cuando los inversionistas retiran su capital de la bolsa, tratando de asegurar su dinero antes de que la empresa termine por hundirse.
El valor corporativo es una variable a considerar en la ecuación que mide el riesgo al que está expuesta una corporación, cuando en ella existen funcionarios que toman decisiones carentes de sentido de responsabilidad, y que ponen al descubierto lo vulnerable que puede ser la imagen de una empresa.
Una inversión sana en un país extranjero, es detonante de la economía, mueve los flujos, genera empleos, incentiva la producción y el consumo, crea confianza y es aceptada en la comunidad por los beneficios que aporta, pero si detrás de esa máscara de oportunidades y desarrollo, se encuentra una cadena de corrupción y falta de valores, la imagen lograda se desvanecerá tan rápido, que será imperceptible a simple vista, y la carencia del Valor Corporativo será olvidada hasta el día siguiente en que aparezca un nuevo caso de debacle que tenga consecuencias ambientales, sociales y económicas en los llamados mercados emergentes, lugar en donde este tipo de corporaciones encuentran un campo fértil en donde pueden realizar transacciones millonarias con muy poco esfuerzo.
El Valor corporativo es un concepto olvidado y casi desconocido, sin fomento, una decisión que impacta lo social y lo económico, un valor corporativo comienza con los principios éticos y morales, de quienes son responsables de tomar decisiones, pues ellos son el reflejo de la imagen que proyectan las empresas.
Mtro. Benjamín Almazán Morales
Vocero Universidad La Salle
Coordinador de Maestría de la Facultad de negocios
Mtro. Ángel Méndez Mercado
Vocero Universidad La Salle
Información relacionada
[tubepress views=”false” title=”false” length=”false” video=”Y0eRXRC0mgo”]