La Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC) en conjunto con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación de México (SAGARPA) ponen en marcha estrategias para combatir la mala alimentación de los mexicanos y revertirla hacia una que no sólo deje de perjudicar a nuestro país sino que pueda beneficiar a México en diversas áreas de negocio para los participantes.
Entre las estrategias que han puesto en marcha están la búsqueda de denominaciones de origen y patentes, la promoción del uso de productos de temporada en restaurantes y programas como Aromas y Sabores de México, un proyecto que dio inicio en 2009 con un recorrido realizado por chefs y medios de comunicación a diversos puntos de 7 estados de la república, en donde se analizó la producción de los campos, las propiedades de dichos productos y su aplicación en la gastronomía.
La ruta antes mencionada derivó en un gran proyecto de fomento gastronómico, turístico y económico, por lo cual se planea repetir en este 2010. Además del viaje realizado se intenta seguir promoviendo el consumo de productos mexicanos mediante diversos materiales como imágenes, videos, documentales y entrevistas con algunos de los involucrados.
Los puntos de convergencia de ambos organismos son:
• Urgente un cambio en los hábitos alimenticios de los mexicanos, esto ya es un problema de salud.
• La gastronomía mexicana debe ser rescatada desde sus orígenes a través de promover el uso de nuestra materia prima en sus diversas temporalidades.
• Nuestros campos necesitan un fomento económico a través del consumo y exportación de productos mexicanos.
• El posicionamiento de nuestros productos mediante denominaciones de origen y rutas gastronómicas podría ser un gran detonante de turismo y derrama económica en el país.
• Muchos de los productos mexicanos ahora se producen en otros países que exportan a todo el mundo incluyendo nuestro país, es decir, nosotros mismos, casi siempre sin saberlo, consumimos vainilla, café, chile, nopales y muchos otros productos mexicanos provenientes de otros países.
• Para todos en el mundo empieza a ser un asunto prioritario la búsqueda de productos naturales, orgánicos y de temporada por sus cualidades en términos de salud, sabor, calidad y sustentabilidad.
• Por todo esto es que instituciones como la CANIRAC y SAGARPA se unen en proyectos que fomente producción, consumo y exportación de la materia prima agroalimentaria de nuestro país, uno de ellos, Aromas y Sabores de México, se dedica a difundir las propiedades de los productos en cada región del país, así como su uso en la cocina tradicional mexicana.
Los países más desarrollados, preocupados por la salud y la nutrición de sus habitantes, empiezan a buscar formas de promover la comida orgánica, el slow food y los platillos de temporada, dejando de lado procesos antinaturales y dañinos. Se pone de moda nuevamente el regresar a lo básico, el concepto “de la granja a la mesa” se ha puesto de moda en los restaurantes más chic del mundo y los mercados de productos orgánicos cada vez crecen más en tamaño y clientes.
De forma paralela y opuesta a la vez, la comida “chatarra” invade nuestras mesas, la cultura del buen comer se pierde y con una enorme rapidez crecen los índices de obesidad y diversas enfermedades cada vez mayores y más difíciles de tratar.
La competencia en los campos de cultivo se vuelve desleal cuando cualquier país, indistintamente de su clima y ubicación geográfica puede cosechar cualquier producto que desee, en cantidades industriales y sin importar si la temporada es la natural.
A nuestros mercados, restaurantes y hogares llegan productos, originalmente mexicanos, pero ahora exportados de otros países: chile poblano y nopal de china, vainilla de Madagascar, agave de Japón, por sólo mencionar algunos ejemplos. Estos productos merman nuestra economía, nuestra salud y nuestra milenaria cultura gastronómica.
Ante esta situación hay mucho por hacer en nuestro beneficio y la promoción del consumo de productos mexicanos es la principal herramienta.
Fernando Heredia