Tras el advenimiento de la Internet y con ella, de la llamada era digital, el mundo sufrió una revolución cuyos efectos están aún lejos de concluir. Uno de estos fue la posibilidad de interactuar en tiempo real con personas de todo el planeta, circunstancia que más tarde derivaría en la aparición de las redes sociales.
Enfrentados a la posibilidad de crear y transmitir contenidos propios susceptibles de ser vistos por una base de personas en principio conocidas, esta práctica trascendió su origen y derivó en el desarrollo de lo que hoy conocemos como personal branding o marca personal.
El concepto detrás de personal branding es muy simple: uno puede considerarse a sí mismo una marca, un producto, susceptible de ser elaborado, transmitido y protegido, con la finalidad de obtener éxito y dividendos en los campos social y profesional. A diferencia de otras técnicas de superación personal, en el personal branding la clave para desarrollarse a uno mismo como una marca o producto exitoso es identificar aquellos valores y habilidades que lo distinguen a uno del resto de las demás personas a partir de la percepción que éstas tienen de nosotros mismos, y promoverlas en consecuencia.
Para ello, también, es necesario hacer un análisis exhaustivo de todo lo que ocurre en el mercado de trabajo al que se desea ingresar, a la vez que identificar los nichos de mercado vacíos o por explotar, en los que las cualidades y habilidades que poseemos marquen una diferencia, al tiempo que nuestros amigos, familiares y conocidos sirvan de propagadores a través de las redes sociales en las que interactuamos con ellos.
Los pensamientos y conceptos que los demás tienen de nosotros, son la materia prima para empezar a construir nuestra personal branding. Hacerte primero a ti la pregunta “¿qué me diferencia de los demás?” y luego hacerla extensiva a tus amigos, familiares y conocidos, es la piedra angular para convertirte en un profesional exitoso y reconocido.
Ahora bien, desarrollarse a uno mismo como una marca o producto exitoso no implica necesariamente crear una nueva imagen. Esto es: uno no tiene que cambiar de corte o color de cabello, no tiene que vestirse más o menos elegante o asumir una actitud distinta. Y si bien estos factores pueden ser importantes, de lo que en verdad se trata es de exhibir aquello que ya tenemos y no lo que nos falta.
Bahigh Acuña, Director de Operaciones de Monster.com.mx apunta que es momento de considerar tener un buen manejo de la imagen en estos medios y aporta algunos consejos para mantener una buena imagen en redes como Facebook: “ser una persona integral, es decir, así como se publican fotos de fiestas, también se pueden publicar fotos y anécdotas del trabajo, del deporte que se practica, hobbies o viajes, para dejar un mensaje completo y dejar una buena impresión”.
También añade la importancia de tener en cuenta que: “Las relaciones personales y profesionales pueden resultar afectadas dependiendo del buen o mal manejo que se tenga en el perfil, por lo que recomienda abrir un perfil profesional en BeKnown.com que dentro de Facebook te permite separar tu actividad personal de la profesional.”
“¿Deseas convertirte no sólo en un profesional exitoso sino también en un referente en el ámbito en el que te desarrollas? Identifica entonces tus cualidades a partir de lo que piensan los demás de ti, explótalas en tanto te sea posible y luego convierte a tus amigos, familiares y conocidos en promotores de tu persona”, recomiendan los expertos de Monster.com.mx. Puedes visitar su página para aprender más de este tema.
Redacción