A pesar de que ya casi cuatro décadas en las que la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) ha ido encontrando su lugar y valor dentro de la estrategia empresarial, todavía nos encontramos con algunas barreras y debates sobre el valor agregado de los resultados de su implementación.
En el caso de las Pymes, hay que agregar que existe la percepción de que la inversión necesaria para implementar prácticas de RSE es alta y poco rentable cuando la empresa es pequeña o mediana. Esto ya cada vez está pasando a ser una idea preconcebida que va dando paso a la identificación del valor agregado.
Sin embargo, creo que vale la pena compartir que la Responsabilidad Social Empresarial es un modelo de gestión, que no involucra necesariamente una inversión adicional en acciones filantrópicas, es decir, se trata de administrar la empresa con otro enfoque, un equilibrio entre lo social, lo económico y lo medioambiental.
Este modelo de gestión implica no solamente ayudar a una causa con donativos o impulsar el voluntariado, también que la producción de un bien o servicio tiene como propósito el ofrecer algo que la sociedad (el mercado si se prefiere identificar así en términos comerciales), necesita y que está dispuesto a adquirir, significa también el acordar con los proveedores que se trabajará junto con ellos y no a su costa para obtener la materia prima necesaria para la elaboración del producto o servicio final.
También es importante considerar en la parte interna a los empleados y colaboradores como personas y no solamente como un recurso necesario para elaborar un producto siendo parte de la cadena de producción. Los colaboradores empiezan a ser cada vez más tomados en cuenta como seres individuales y tienen sus propias aspiraciones y necesidades, y es afín de cuentas el factor más importante que le da vida y movimiento a la empresa y la RS puede impulsar un muy buen clima laboral.
Con todo lo antes mencionado, se presupone o sobreentiende que la empresa tiene responsabilidades mercantiles, legales y económicas tanto con sus clientes (mercado) como sus proveedores y empleados, todos ellos parte de sus grupos de interés, pero aún sin saberlo, siempre se ha tenido una relación basada responsabilidad social con ellos pero que no se consideraba de manera clara.
En los últimos años, cada vez más se mide, reconoce, comunica y aprecia una estrategia de RS y sus prácticas. Los resultados y beneficios cada vez son más considerados por los diferentes grupos de interés, es aquí donde se va apreciando más el valor de la RS como parte de la gestión empresarial, el dar ese paso de la filantropía a la Responsabilidad Social estratégica.
Para que una PyME pueda implementar una adecuada estrategia y modelo de Responsabilidad Social Empresarial se recomienda tener claro el objetivo, pensar a futuro, involucrar a todo el equipo, pensar que no siempre se pueden medir cuantitativamente los beneficios, ir paso a paso, generar alianzas estratégicas, tener un plan estratégico con responsabilidades establecidas, comunicación interna y externamente y desde un principio se identificará el valor agregado.
Mtra. Martha Elizalde Durán, Académica de la Facultad de Responsabilidad Social de la Universidad Anáhuac México
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