Aunado al clima de incertidumbre en los mercados financieros, a clientes cada vez más exigentes, a una carga legislativa creciente y a una competencia sin precedentes, las empresas mexicanas tienen otro reto importante que enfrentar: el Cambio Climático.
Ante dicho contexto, la manera en cómo las compañías van a afrontar el Cambio Climático y a perdurar frente a ello, se ha convertido en un tema central para los consejos directivos de las organizaciones, ya que en el corto y mediano plazo, la efectividad y prontitud con que diseñen un plan de sustentabilidad integrado al negocio, permitirá definir el nivel de competitividad y viabilidad de la organización en el mercado, indica Deloitte México.
“Es importante considerar que la sustentabilidad empresarial representa hoy un cambio fundamental en los paradigmas y estructuras de las organizaciones, al tiempo que brinda la oportunidad de innovar a través de implementar procesos de mayor valor y capital humano. Además del abatimiento de costos, disminuye considerablemente los riesgos operativos, administrativos, estratégicos y fomenta al interior de la organización llevar a cabo operaciones más amigables con el medio ambiente”, señaló Ruy Pérez de Francisco, Gerente de Sustentabilidad de Deloitte México.
De acuerdo con el documento “Cambio Climático y las empresas mexicanas. Evaluación de riesgos para generar valor”, desarrollado por la iniciativa de sustentabilidad de la firma, el clima está cambiando de manera acelerada. Una sutil modificación en los patrones de lluvia, en los niveles del mar, en la composición de la biosfera o en la salud de la población que rodea una industria, puede llegar a tener serias repercusiones en las compañías, pues todas dependen de los recursos naturales y servicios medioambientales.
El texto agrega que si bien es cierto resulta inviable detener la actividad económica, si es posible elaborar estrategias para proteger y evitar seguir dañando irreversiblemente los ecosistemas, de donde se extraen recursos naturales como el agua y los alimentos indispensables para el desarrollo de la vida misma, que permitan el desarrollo sostenible de las organizaciones. Como ejemplo, destaca el uso de recursos hídricos para la operación de las diversas industrias en el territorio mexicano, y cuya disponibilidad es totalmente variable.
En este contexto, datos de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), en términos generales, la brecha entre la demanda y la oferta existente y futura en el país será de 23 mil hm3 de agua para 2030.
“El hecho de que las empresas no mapeen los riesgos que este tipo de situaciones implican para la operación de su negocio, y tampoco cuenten con planes para mitigarlos y adaptarse, resulta un factor que además de determinar si la compañía perdurará o no, establece el marco adecuado para definir el tiempo en que eso ocurrirá”, agregó el experto de Deloitte.
“Mientras más empresas se sumen a los esfuerzos globales de mitigación y compensación, la probabilidad de controlar el aumento de la temperatura se incrementará, por ende, las consecuencias negativas que podemos esperar serán menores. También es importante considerar que los costos en los que habrá que incurrir para adaptarse a las nuevas condiciones del medio ambiente serán menores. Curiosamente, dichas acciones de mitigación y compensación suponen un muy atractivo mercado para las empresas, que apenas está madurando y puede ser particularmente interesante para las PyMES Mexicanas”, concluyó Ruy Pérez de Francisco.
Mientras que las negociaciones en la 17 Conferencia de las Partes, dentro de la Convención Marco de las Naciones Unidas de Cambio Climático (CMNUCC), se llevan a cabo en Durbán, Sudáfrica, se mantiene la incertidumbre sobre el futuro del régimen internacional sobre cambio climático; sin embargo, es cierto que las proyecciones sobre los impactos del cambio climático continuarán siendo catalizadores para redefinir la manera en que se plantea el valor de una organización. El primer y más importante paso para aumentar las posibilidades de supervivencia de la empresa será: mapear y mitigar los riesgos asociados al Cambio Climático de forma holística, trasversal e integrada plenamente a la estrategia de sustentabilidad y perdurabilidad de la organización.
Redacción
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