El Fideicomiso de Riesgo Compartido (FIRCO) fue creado el primero de abril de 1981 como un instrumento de la SAGARPA, que al paso del tiempo se ha constituido como un organismo promotor de iniciativas de innovación y mejora de la competitividad en el campo de México.
Productores rurales y organizaciones de campesinos han representado a lo largo del tiempo los elementos clave en la construcción de este proyecto en el campo mexicano.
La herramienta del Riesgo Compartido sigue vigente en la estrategia de fomento agropecuario por lo que el Fideicomiso permanece identificado con los campesinos del país.
Esto es así, porque a través de sus propios programas, y de los programas y componentes cuya operación le ha encomendado la Coordinadora de Sector, El FIRCO tiene presencia en todos los rincones del país y entre todos los grupos o estratos de productores. Lo mismo se ocupa de apoyar la incorporación de tecnología entre los pequeños productores de maíz y de fríjol, que de impulsar la agricultura de exportación, mejorando la competitividad a través de tecnificación del riego, de macro túneles e invernaderos.
De igual manera es una Agencia Promotora de Agronegocios, que fomenta la adición de valor en las fases posteriores a la cosecha, a fin de que los productores primarios aprovechen en mayor medida su capacidad de trabajo y participen en mayor medida en el precio que paga el consumidor final por los bienes alimentarios y las materias primas.
Cabe destacar que las acciones de FIRCO tienen ejes articuladores que responden a los imperativos de la actualidad:
– El uso sustentable de los recursos.
– El impulso a la competitividad con un enfoque de cadena productiva.
– El acento en la creación de empleos y el mejoramiento del bienestar en el medio rural.
Durante los festejos, el director de Firco, Rodrigo Diez de Sollano Elcoro, destacó, “Firco ha apoyado miles de proyectos, si los pusiéramos en pesos estaríamos hablando de una suma muy importante, simplemente este año vamos a apoyar con 5 mil millones de pesos”.
Diez aseguró que el Fideicomiso aporta para “la refrigeración, procesamiento, envasado, pasteurización, cualquier proceso que le de valor agregado e incluso que llegue hasta el producto final que consume el ama de casa, o el consumidor final en un restaurante”.
Los proyectos que sobreviven “son aquellos donde los productores del campo se convierten en empresarios, haciendo un cambio radical, debido a que son los mismos productores los que manejan los ingresos. El secreto del éxito de los proyectos es tener un plan de negocios que desde el principio garantice que son y van a ser sustentables”.
Elvira Mayén-Lugo
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