Los partner o socios van a compartir contigo esta aventura de emprender tu negocio. Socios con los que te obligarás a pasar muchas horas de trabajo, en ocasiones un hombro en el cual apoyarte y con los que habrá desacuerdos pero también aciertos.
Sin embargo, existen muchas razones por las que un negocio fracasa, una de las más comunes es la mala elección de la pareja de negocio. Por lo que si estás consciente que necesitas un socio para que te ayude al desarrollo de tu idea, entonces es el momento de elegir al que mejor encaje en tu proyecto.
Una de la mejores duplas que existen en el mundo de las startups, son: Melina Cruz y Edgar Tello, los partner encargados de crear la plataforma “on demand” Homely la cual conecta “keepers” con usuarios que necesitan servicios de limpieza en su hogar u oficina.
Los jóvenes emprendedores se percataron de la necesidad que tienen los roomies, y personas que trabajan, de mantener espacios limpios pero que no tienen tiempo o gusto por hacerlo ello mismos, así nace esta increíble idea. Estamos conscientes de que el seleccionar al socio adecuado no constituye una ciencia exacta, pero resulta más fácil hacerlo sabiendo los perfiles que pueden resultar tóxicos o perjudiciales para el futuro de la empresa.
Estos son algunos que los perfiles que debes evitar a toda costa si un fregón de los negocios quieres ser de acuerdo con nuestros amigos de Homely:
- El despilfarrador:
Una startup es un proyecto donde en muchos casos los fundadores se sacrifican y están incluso unos meses sin cobrar para poder sacar la empresa adelante. El ecosistema es una rueda en el que uno de los principales objetivos es cerrar rondas de financiación y mantener ese dinero el mayor tiempo posible. Si no hay ingresos de otro tipo, hay que vigilar muy bien los gastos para no quedarse sin liquidez. Sin embargo, hay algunos socios que no suelen tener esto muy claro y se creen que cada vez que consiguen una ronda es como si les hubiera tocado la lotería.
- El Quejoso:
Levantar una startup es una carrera contrarreloj, una montaña rusa. Hay muchos altibajos, decepciones, frustraciones, y malos sabores de boca. Es normal que tengas, dudas, dificultades y pienses en algunos momentos que no merece la pena.
Sin embargo, lo mejor para formar equipo es rodearse de personas con un ánimo positivo y que no sean demasiado pesimistas. Un socio que se queja absolutamente de todo y que tampoco propone soluciones, te acabará transmitiendo su negatividad y acabará con tu paciencia.
- El envidioso:
Emprender es saber jugar en equipo, de sumar entre todos para hacer algo más grande, no de anotar tantos en solitario. Aunque cada uno tengas sus competencias, hay que buscar el bien común y el crecimiento del proyecto. Sin embargo, hay co- fundadores que no acaban de entenderlo y tienen una actitud claramente competitiva con los otros.
Son muy individualistas, quieren destacar y están constantemente intentando quedar por encima de los demás. No ven con buenos ojos que los otros tengan más presencia, ni siquiera aunque haya uno que sea el CEO.
Esa actitud puede generar numerosos problemas, ya que pueden tener salidas inesperadas en situaciones con terceros, como reuniones con inversionistas, ruedas de prensa o conferencias. Nunca debes asociarte con un socio envidioso, porque a la larga puede ser un problema.
- El Flojo:
Tus socios tienen que ser personas trabajadoras, dispuestas a entregar todo. Porque hace falta mucho trabajo y esfuerzo para que una startup funcione y sea rentable. Hay emprendedores que creen que aportando cierto capital ya es suficiente y que por su estatus de fundadores no tienen que romperse el lomo.
Es importante que en pacto de socios se aclare y especifique qué rol va a tener cada uno y si se va a poner dinero o también trabajo.
Un socio únicamente capitalista puede existir, como ocurre cuando se consiguen inversores y entran en el capital de la sociedad. Sin embargo, el problema viene cuando en el equipo de fundadores hay alguien que no está dispuesto a dedicar horas al proyecto y eso no ha quedado claro de antemano.
Finalmente, debes tener en cuenta que tu socio debe tener un gran compromiso, visión crítica y constructiva del negocio, debe ser capaz de ver oportunidades y superar los baches en el negocio, debe conocer dónde se mueve y lo que debe hacer en cada momento.
Tu socio no tiene por qué pensar lo mismo que tú ni tener las mismas capacidades, debe ser complementario y no debe intentar imponer su criterio sino que debe apoyarte y llevarse bien contigo.
Redacción
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