En el 2012, tendremos 36 millones de mexicanos de entre 12 y 29 años. Como nación, enfrentamos un reto mayúsculo: darles a todos ellos mejores expectativas de futuro y enfrentarlos desafíos educativos, laborales, cívicos y éticos que enfrentan los jóvenes.
En el marco de la Cumbre de Líderes del G20 del 2012, la Comisión Nacional de Empresarios Jóvenes de Coparmex se ha comprometido con la organización del Congreso de la Alianza Mundial de Jóvenes Empresarios de este grupo: el G20 YEA.
En este encuentro, emprendedores jóvenes de las 20 mayores economías del mundo analizarán iniciativas que serán presentadas a sus gobiernos, para que adopten estrategias y políticas públicas en favor del apoyo y promoción del emprendimiento juvenil, como pieza fundamental del desarrollo económico global.
Gerardo Gutiérrez, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), propone la creación de una ley que fomente el desarrollo de emprendedores, para aprovechar el Bono Demográfico, en el cual la edad promedio de 26 años.
“Es preciso instrumentar medidas emergentes para fortalecer el mercado interno. Consolidar una economía capaz de absorber productivamente a todos los jóvenes que hoy están en condiciones de trabajar y acumular ahorros.” enfatizó Gutiérrez.
Resaltó: “en Coparmex, impulsamos la introducción del emprendimiento, desde el nivel básico, como opción de vida y uno de los pilares básicos de la creación de empleo. Algunas escuelas y comunidades han buscado inculcar a los jóvenes una nueva cultura emprendedora para que sean capaces de poner sus propias empresas, o bien proyectos sociales, científicos o de cualquier índole”.
Sin embargo, sólo 22 de cada 100 jóvenes intentan alguna vez iniciar su propio negocio y el resultado no ha sido alentador. Sólo 14 de cada 100 logró poner el negocio y hacer que al día de hoy funcione. Se necesita una mayor vinculación empresa-escuela.
Coparmex, propone una Ley de Emprendurismo, con iniciativas de alcance nacional, que incluye dos medidas de alto impacto en el corto plazo. Primero que los estados asignen un porcentaje de los recursos generados por el Impuesto sobre la Nómina para un “Fondo de Promoción e Impulso al Emprendedor”, que canalice recursos a través de las incubadoras.
Segundo, que la banca y organismos de fomento, nacional y estatales, creen un fondo y mecanismos para que se asocien en proyectos viables y rentables, como capital semilla. Que permanezcan como socios en los primeros cinco años, para garantizar y consolidar el negocio.
Además, se busca establecer programas estatales de asesoramiento y mentoría a la iniciativa joven, a través de incubadoras; la incorporación de temas empresariales y la cultura emprendedora en los programas educativos; y la formación de consejos estatales y municipales de promoción al emprendimiento.
En cuanto al tema de financiamiento, la reforma a la banca de desarrollo es un instrumento de gran potencial para que lleguen los recursos que necesitan las pequeñas y medianas empresas para profesionalizarse y fortalecerse.
“Lograr esta dinámica es viable en el corto plazo, con la creación de un Sistema Nacional de Garantías eficaz, directo al emprendedor, y con una reestructura de este sector financiero, con un sistema de un solo expediente y calificación” afirmó Gutiérrez.
También es posible movilizar parte de los 1.5 billones de pesos acumulados en las Afores, para financiar proyectos productivos que ayuden a crear empresas y a detonar empleos, concluyó.
Elvira Mayén-Lugo
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