Mantener un negocio a flote es una tarea difícil, existen muchos retos que los empresarios deben sortear, especialmente por su condición de PyME, pero vale la pena también identificar las ventajas del tamaño de la organización.
Empecemos con los retos:
– Falta de una estructura administrativa. Por lo general el dueño de la empresa es un todólogo que se encarga desde las ventas y los impuestos hasta la supervisión de calidad, lo que suele generar errores en los procesos.
– No hay información. El hecho de que el dueño no sea un experto en la parte administrativa repercute en los reportes de la empresa, lo que usualmente se ve reflejado de forma negativa en la toma de decisiones.
– Falta de financiamiento. Debido a su tamaño, a la carencia de información y en muchos casos al tiempo en el mercado, no son sujetas de créditos empresariales, y deben recurrir a otro tipo de financiamiento que resulta más caro.
– Exposición. No cuentan con los recursos suficientes para realizar grandes campañas de publicidad que los posicionen en la mente de más personas.
Ahora hablemos de las fortalezas:
– El hecho de que el empresario esté involucrado en todos los procesos le da una visión inmediata de las áreas de oportunidad y los posibles problemas. Aunque lo ideal es que delegue responsabilidades, conocer cada rincón de la empresa es útil para mejorar.
– Las PyMEs pueden adaptarse de manera más rápida y efectiva a los cambios en las condiciones de la competencia y el mercado, pues por el número de empleados y operaciones las modificaciones se pueden comunicar y aplicar más fácilmente.
– Por cada monto de dinero gastado en innovación la empresa pequeña produce más innovación que la grande.
– La empresa pequeña está en relación más estrecha con sus clientes y puede enterarse rápidamente de los cambios en la demanda.
– Los montos de financiamiento que requieren son menores por lo cual cubrirlos es una tarea más sencilla.
Ariadna Cruz
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