La República Mexicana se encuentra en la zona conocida, popularmente como el cinturón de fuego del Pacífico, cuyo nombre se debe al alto grado de sismicidad y volcanismo presentes. Estas manifestaciones son consecuencia de la interacción entre dos placas tectónicas, en el caso de México la placa de Cocos y la Norteamericana, aquella penetrando bajo ésta en un fenómeno conocido como subucción.
Aproximadamente el 70% de la actividad sísmica que afecta el territorio nacional se origina frente a las costas de Guerrero y Oaxaca. Por su cercanía, las ondas de estos sismos alcanzan fácilmente el centro del país que es la región más poblada y de mayor actividad económica.
La ciencia actual no ha encontrado la manera de predecir un sismo, por lo que no se puede saber por adelantado cuándo ocurrirá uno de importancia. Aún así existen ciertas medidas básicas de seguridad que se pueden adoptar antes, durante y después de un sismo con el fin de reducir al mínimo los daños personales y patrimoniales.
Antes
1. Platique en el hogar acerca de los sismos y otros posibles desastres y formule un plan de protección civil.
2. Participe y, en su caso, organice programas de preparación para futuros sismos que incluyan simulacros de evacuación.
3. Cumpla las normas de construcción y uso de suelo establecido.
4. Recurra a técnicos y especialistas para la construcción o reparación de su vivienda, de este modo tendrá mayor seguridad ante un sismo.
5. Ubique y revise periódicamente, que se encuentren en buen estado las instalaciones de gas, agua y sistema eléctrico. Use accesorios con conexiones flexibles y aprenda a desconectarlos.
6. Fije a la pared repisas, cuadros armarios, estantes, espejos y libreros. Evite colocar objetos pesados en la parte superior de éstos, además asegure al techo las lámparas y candiles.
7. Tenga a la mano los números telefónicos de emergencia, un botiquín, de ser posible un radio portátil y una linterna con pilas.
8. Porte siempre una identificación.
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