Seguramente trabajas mucho para ofrecerle lo mejor a tu familia, ya sean hijos, pareja o incluso los padres, pero desafortunadamente ninguno de nosotros podemos garantizar que estaremos para ellos toda la vida. Por ello, debemos pensar a futuro y preguntarnos ¿qué hará mi familia en caso que ya no esté? ¿Podré dejarles los ahorros suficientes para que mantengan su calidad de vida?