Cuando Araceli Yañez salía a buscar empleo, siempre le era difícil contratarse en algún lugar, debido a los prejuicios que todavía existen sobre las personas con alguna discapacidad. Esta situación, no sólo le impedía obtener los recursos para mantenerse día con día, sino que también le negaba la posibilidad de mostrar sus habilidades y desarrollarse en el ámbito laboral. Por ello decidió abrir su propia empresa, mediante la cual podría crecer profesionalmente y ofrecer empleos a grupos vulnerables.
Para lograr sus objetivos, el primer paso de Araceli fue crear un grupo de trabajo llamado ECODAMMSOL (Emprendedores con Discapacidad, Adultos Mayores y Madres Solteras), a través del cual pudo conseguir un crédito por 176 mil pesos para abrir, en 2007, la primera de varias cafeterías que tiene proyectadas en el Distrito Federal, bajo el nombre La Estrella.
Así, la joven empresaria asumió el reto de abrir espacios a las personas que, por su condición física, edad o porque son madres solteras, no tienen suficientes oportunidades para su desarrollo.
“Consideramos que el trabajo es una parte fundamental en los grupos vulnerables para lograr una realización plena. Sentirse productivo es algo muy importante y más a estos grupos, que son a quienes les hace falta oportunidades en nuestro país”, de ahí nuestro enfoque, explica.
Y es que, pese a contar con una licenciatura en Ciencias de la Comunicación, la propia Araceli enfrentó dificultades para encontrar trabajo por su debilidad visual, aunque eso no le impidió continuar luchando por alcanzar sus metas.
El dinero que obtuvo del préstamo, lo invirtió en capital de trabajo y compra de activo fijo (cafetera, microondas, licuadora de hielo, etc.). Además, solicitó la asesoría del Fondo Nacional de Apoyos para Empresas en Solidaridad (Fonaes) para conseguir el local donde hoy operan, obteniendo al mismo tiempo capacitación especializada para ofrecer valor agregado, como sabores y decoración en las bebidas de café que despachan.
Los resultados obtenidos con dicho apoyo han sido tan positivos, que en los últimos años Araceli ha ido ampliando los horizontes de su cafetería, agregando servicios de entretenimiento, como un karaoke, gracias la cual sus ventas se han incrementado considerablemente.
Al hablar sobre la clave de su éxito, la joven emprendedora señala:
“Una sonrisa y una buena cara” son importantes para atraer a los clientes, pero “la mayor clave ha sido la perseverancia que hemos tenido. No sólo es el inicio de un sueño, sino también de un proyecto de trabajo y de vida”, porque sin importar las condiciones de cada persona, “todos tenemos derecho a realizarnos como personas”.
Karina Hernández Barrera
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