Debido a las actividades que implica, la ganadería es una de las ocupaciones que se considera puramente masculina, sin embargo, esto no importó a un grupo de madres oaxaqueñas que, buscando ofrecer una mejor vida a sus hijos e inculcarles el amor a su tierra, decidieron organizarse y fundar el Grupo de Trabajo La Esperanza, dedicado a la cría y engorda de ganado bovino.