Fenómenos poblacionales tan opuestos como la vertiginosa dinámica de algunas ciudades modernas y el sedentarismo, obliga a las personas a no mantener una dieta balanceada. Ambos contribuyen a elevar los problemas de salud pública, como la obesidad. Nuestro país, rico en la celebración de tradiciones culinarias, ocupa ya el primer lugar a nivel mundial de niños con obesidad.