Una empresa se considera “familiar” cuando los titulares del control accionario subordinan sus propios intereses a los de la familia a la que pertenecen; de aquí nace la principal fuente de conflicto en una empresa de esta índole: la interacción de cada uno de los sistemas que la componen puesto que, dependiendo de la situación particular, uno u otro puede tomar relevancia y dificultar los roles desempeñados por los involucrados.