El 80% de las ventas externas de México son productos manufacturados por empresas transnacionales, ello por un modelo de monopolio que impide a las PyMEs crecer hacia el exterior y obstaculizan que nuestra nación sea exportadora no transnacional.
Hacía ya un tiempo desde la última vez que vimos a los clientes tan optimistas, al menos a corto plazo. El catalizador para este optimismo es claro: la inyección de liquidez del Banco Central Europeo al final de año, que en un principio pasó desapercibida pero que ahora es vista como muchos como una relajación cuantitativa (QE) disfrazada. El discurso de la Fed en la semana también colaboró a esta opinión.