A menudo no entendemos conceptos económicos de los cuales depende nuestro negocio tales como gasto, costo, pago e inversión, aunque tienen similitudes que a menudo generan confusiones que conviene evitar.
El gasto es un concepto de contabilidad financiera y, por tanto, vinculado a la contabilidad externa, se refiere, básicamente, a los conceptos que se relacionan con la adquisición de bienes y servicios para su consumo en el proceso productivo, o para otras personas, según la actividad de la empresa (primaria, industrial, comercial o de servicios).
Dado que la mayoría de los gastos comportan obligaciones para con terceros, la legislación contable se ocupa de establecer si un concepto puede o no ser considerado como gasto.
El costo es la medida y el valor de los consumos necesarios en la actividad productiva (consumo de los inputs que se necesitan para poder producir unos outputs). Se trata, por tanto, de un concepto propio de la contabilidad interna.
Los costos suelen ser mayores que los gastos debido a que hay conceptos de costos que no se consideran gastos. Por ejemplo:
-La cuantificación de las provisiones (para insolvencias, por ejemplo) que permite la normativa de la contabilidad financiera, suele ser menor que la que refleja la contabilidad de gestión.
-El cálculo de la amortización real, que se usará para la estimación de costos, suele ser superior a la que se contabiliza como gasto por la contabilidad financiera.
-Los costos se asignan a los denominados objetos de costo, que son los productos o servicios que se prestan, las actividades que intervienen en su elaboración o los centros donde se producen.
En general, el pago es una salida material de fondos de la tesorería. No todos los gastos y costos se pagan. Por ejemplo, las amortizaciones, a pesar de ser un gasto y un costo, no se pagan. En cambio, existen pagos que no se corresponden con gastos ni con costos, como las devoluciones de préstamos o el pago de dividendos.
La inversión se refiere a la parte del gasto que no se consume en el ejercicio y que permanece en la empresa para ser utilizada en ejercicios posteriores (por ejemplo, edificios, instalaciones o maquinaria). No obstante, en cada ejercicio, es necesario calcular la parte de las inversiones que realmente se consume en el proceso productivo (amortización).
Visto estos conceptos, la pregunta frecuente siempre es ¿Cómo diferenciar gasto de inversión?
Diferenciar en nuestro presupuesto los egresos destinados a gasto y los empleados como inversión, es importante en la medida que se busque mejorar el patrimonio.
Existen dos tipos de gastos: corrientes y de capital, los cuales tienen diferentes consecuencias para el futuro y la estabilidad financiera de quien los hace. Los primeros se consumen y poseen poco efecto en la capacidad de producir más recursos en el futuro, y los segundos crean riqueza.
No todos los egresos tienen las mismas características y efectos, en este caso la renta, luz o agua son gastos, y no obstante son necesarios, es dinero que se fue y no se recuperará. A diferencia del pago para la compra de una casa, estudios universitarios o computadoras son inversiones que mejorarán el patrimonio futuro de la familia.
Existe una diferencia sustancial entre un gasto y una inversión, no es lo mismo un egreso por una comida en un restaurante que por la compra de una computadora, el primero es un gasto el segundo es una inversión.
Un desarrollo eficaz en las finanzas implica identificar claramente cuánto se gasta o invierte en cada actividad.
Para maximizar nuestro presupuesto es necesario diferenciar claramente estos dos tipos de egresos, así como organizar, planificar, establecer estrategias, ejecutar y controlar adecuadamente el plan financiero. Al mismo tiempo analizar el origen de los ingresos para buscar incrementarlo utilizando nuevas formas apoyado en la maximización de recursos.
Diferenciar el gasto de una inversión es la clave para incrementar consistentemente la capacidad económica. Cuando no se analiza cómo estamos gastando nuestros ingresos, corremos el riesgo de ocupar nuestro presupuesto en conceptos que no apoyarán el futuro del negocio.
Adriana Maass
Tal vez también te interese