¿En el puesto de la esquina ya te consideran “un cliente distinguido” porque frecuentemente compras dulces, botanas, café, cigarros, etc.? ¡Cuidado! Ese tipo de gastos podría estar afectando gravemente tu salud…financiera.
El problema no es “darse un gusto” de vez en cuando, sino que en las familias mexicanas esto se convierte en un gasto creciente y habitual que los lleva a rebasar su capacidad de compra y por ende, a anular su capacidad de ahorro.
Así lo demostró la Primera Encuesta sobre cultura Financiera en México UNAM-Banamex cuyos resultados indicaron que el 31% de los encuestados gasta por encima de sus ingresos y sólo el 18.5% lleva algún registro de sus deudas, ahorros, entradas y salidas monetarias.
¿La solución? Hacer un presupuesto con el fin de racionalizar y optimizar el uso del dinero, hasta lograr metas patrimoniales.
Elaborar esta herramienta implica saber en qué y cuánto se gasta. Para ello es necesario identificar los ingresos por orden de disponibilidad (liquidez), ya sea mensual o anualmente. Enseguida, hay que anotar los gastos por clasificación:
a) Imprescindibles. Incluyen alimentos, salud, educación, transporte, servicios. En ellos pueden detectarse áreas de ahorro u oportunidades para disminuir su monto. Por ejemplo, en cuanto a la comida, una buena opción es llevar a la oficina alimentos preparados en casa.
b) Prescindibles: Es todos aquello que puede eliminarse sin afectar el estilo de vida al que se está acostumbrado. Siempre hay formas de consumir lo habitual pero con menos dinero.
Con un presupuesto difícilmente gastarás más de lo que tus ingresos pueden costear y por fin te librarás de los acreedores.
Si eliminar los gastos hormiga se te dificulta, he aquí algunos tips:
– Estima cuánto dinero utilizas para financiar tus caprichos.
– Haz cuentas y entérate de cuánto gastas a la semana, al mes y al año; el resultado te sorprenderá.
– Hazlo tú mismo: prepara tu almuerzo en lugar de comprarlo; lleva café en un termo, etc.
– Analiza cuánto podrías ahorrar en seis meses o un año.
– Convierte esa cantidad en una meta, como unas vacaciones.
– Inicia tu ahorro y sé constante.
– Consume inteligentemente.
Con información de CONDUSEF
Karina Hernández Barrera