Una revisión de las estimaciones para el 2010 de los principales indicadores macroeconómicos de los países que han sido sujetos a una degradación en su calificación crediticia (Grecia, Portugal y España), así como de otras importantes economías de la Unión Económica Europea, permite confirmar que existe un fuerte grado de vulnerabilidad macroeconómica, tanto en la Eurozona como en Inglaterra, que se mantiene separada de la divisa común europea: