La crisis financiera, económica y de confianza que afecta a todo el mundo se ha traducido en un grave deterioro de la situación económica global, la cual se ha visto caracterizada por la sincronización sin precedentes en el comportamiento de la actividad económica en prácticamente todos los países. En consecuencia, la producción mundial arrojará su peor caída desde la postguerra y el volumen de comercio internacional, por primera vez en 27 años, registrará una disminución. A su vez, los precios de las materias primas, incluido el petróleo y otros hidrocarburos, registran disminuciones significativas respecto a su nivel máximo observado hacia mediados del año pasado, antes del agravamiento de la crisis global.
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