Con el fin de garantizar la frescura de los alimentos y bebidas en el mercado formal, legislaciones internacionales coincidieron en la obligatoriedad de un proceso de identificación de productos que debe indicar su fecha de consumo preferente, y aunque por algunos años, la necesidad de agregar dicha información en los empaques se percibía como un costo adicional de manufactura, hoy las empresas de todos tamaños deben entender los beneficios.