La innovación es un medio, nunca un fin, para la mejora empresarial. El proceso de dirección empresarial comienza pues con una pregunta, ¿hacia dónde quiero llevar mi empresa?”, y termina con otra, “¿dónde he llevado mi empresa? Estas dos preguntas piensan respectivamente en objetivos y resultados empresariales, en ninguna de estas dos preguntas el directivo necesita pensar en innovación. Por ello, ser innovador nunca debe ser un fin en sí mismo para el directivo empresarial.