Poseer ciertas cualidades innatas no siempre es suficiente a la hora de administrar una microempresa. La consolidación y desarrollo de un negocio está íntimamente ligada al conjunto de capacidades y conocimientos que su líder tiene para realizar dichas actividades, por lo cual es necesario que gran parte de sus esfuerzos estén dirigidos a cultivar habilidades gerenciales.
Investigaciones realizadas por estructuras internacionales como la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), han demostrado que, sin importar el tamaño del negocio, los ejecutivos que desarrollan ciertas competencias para la gestión de unidades productivas mejoran significativamente la productividad y beneficios económicos en sus empresas.
Generalmente, las habilidades que se busca fomentar o incrementar son:
■ Manejo de recursos humanos.
■ Gestión de tiempo.
■ Capacidad de análisis.
■ Negociación.
■ Gestión de proyectos.
■ Toma de decisiones.
■ Motivación.
■ Trabajo en equipo.
■ Administración de riesgos.
■ Coordinación, etc.
Todas ellas se clasifican en tres grandes grupos:
> Habilidades técnicas: Involucran el conocimiento y especialización en determinados procesos, técnicas o herramientas propias del cargo o área que se ocupa.
> Habilidades humanas: Son las destrezas para interactuar efectivamente con la gente.
> Habilidades conceptuales: Se refieren a la formulación de ideas, comprensión y análisis de relaciones abstractas, desarrollo de nuevos conceptos, solución creativa de problemas, etc.
Aunque todos los niveles son importantes, en los niveles administrativos tiene mayor relevancia las habilidades conceptuales, que desarrollan mayor capacidad para ver a la empresa como un todo y elaborar planes de trabajo viables, que ayuden a su crecimiento.
Para obtener mejores resultados, al cultivar habilidades gerenciales es recomendable tomar en cuenta lo siguiente:
– Actualización constante. Algunos directivos consideran que para desempeñarse correctamente basta con tomar uno o dos cursos de capacitación en algún momento de su carrera. Esto es un error, ya que las habilidades gerenciales requieren constante práctica y minucioso estudio hasta lograr su completa comprensión para facilitar su aplicación cuando sea necesaria.
– Agendar programas de capacitación periódica. Es fundamental diseñar un programa anual de capacitación y desarrollo, acorde con la planeación estratégica y táctica del negocio, mediante el cual se refuerce la capacidad para alcanzar objetivos a nivel empresa. Los directivos exitosos saben que la capacitación debe aplicarse a toda su fuerza laboral.
– Las habilidades gerenciales son una herramienta de gestión. Los microempresarios deben tomar conciencia de que estas habilidades son indispensables para gestionar correctamente sus equipos de trabajo y obtener el máximo rendimiento en beneficio de todos los que integran el negocio.
Con información del Fondo Nacional de Apoyo a las Empresas de Solidaridad (FONAES)
Karina Hernández Barrera