El gran valor de las microempresas se encuentra en su servicio y atención a los clientes, aunque muy pocos empresarios lo tengan identificado, conocer a sus clientes, saber con detalle que compran, platicar con ellos y atenderlos de forma personalizada, es una labor cotidiana para el dueño, pero el reto es mantener ese nivel cuando no se encuentra en el negocio, es ahí donde debe gestionarse un sistema.