Los padres de Andrea, Miguel y Aldo, siempre han sido muy progresistas, trabajadores y han siempre inculcado a sus hijos la idea de que para salir adelante se requiere de esfuerzo y trabajo, como lo relató Andrea Hernández.
Rosa María Torres reunió a sus hijos para comentar su inquietud de emprender un negocio, una florería, por lo que gracias a la visión de Miguel al observar un nicho de mercado importante debido a su profesión de relaciones públicas y a la inquietud de Aldo que como joven, trato de encontrar una manera de obtener ingresos sin descuidar sus estudios, Florilegio se gestó.
Rosa contaba con algunos ahorros que sirvieron para iniciar el negocio y tenía además el local, improvisaron un taller de diseño y armado de arreglos, así que sólo tomaron la decisión de evaluar sus alcances y posibilidades, unieron talentos y surge una idea de negocio que ha tenido éxito inesperado.
Florilegio es una empresa 100% mexicana y familiar que surgió hace un par de años, “en Florilegio se trabaja con los sentimientos mas bellos que puede tener un ser humano y un elemento hermoso de la naturaleza; las flores”, comentó Aldo.
Así comenzó todo, Aldo estudia diseño floral, además cuenta con experiencia especializada en el desarrollo de tendencias sobre decoración y ambientación de interiores y así es como ha aprendido la técnica de cuidado de las flores así como hacer arreglos diferentes.
Miguel comenzó con el diseño de estrategias para publicitar la empresa por medios gratuitos, esto es facebook, mails, Twitter y publicidad en imanes que Andrea, dedicada a la logística, entregó de casa en casa en varias colonias del Distrito Federal para promover su negocio.
“Llegamos a la decisión que una página web sería nuestra mayor herramienta, sería el local, el vendedor, el captador de pedidos, nuestra galería, etcétera, por lo que se contacté con un técnico que realizara el diseño de la misma” comentó Miguel.
“El principio básico es buscar la ganancia, el producto no es costoso sino el diseño, la ganancia va acompañada de esfuerzo y aquí impera mucho el que echando a perder se aprende porque al principio batallamos con las flores”, dijo Andrea.
Su trabajo se basa también en identificar a sus clientes, el que sabe lo que busca y el que acepta sugerencias que vayan de acuerdo a su gusto y presupuesto.
Para Andrea, la filosofía de un emprendedor es “echando a perder se aprende y se gana”.
Elvira Mayén-Lugo